[Foto: Diócesis de Córdoba]
La Vera Cruz y la Parroquia de Santiago Apóstol de Montilla se harán presentes este verano en la misión diocesana de Picota (Perú), gracias a la entrega y actitud de servicio de dos de sus hermanos, Miguel Navarro y Blanca Lucena, quienes viajarán hasta la prelatura de Moyobamba acompañados por nuestro vicario parroquial D. Javier González y por el recién ordenado diácono D. Carlos Crespo.
La Santa Iglesia Catedral ha acogido hoy la misa de envío de los treinta y nueve misioneros de la diócesis de Córdoba que llevan meses preparándose y formándose para partir este verano hacia Perú, Argentina y Paraguay. La misa ha sido presidida por el obispo Jesús Fernández y ha sido el primer hito de esta experiencia que, sin duda, marcará las vidas de estos misioneros. En su homilía, el obispo subrayó que la Ascensión del Señor es una invitación a la misión, destacando dos grandes retos: la inacción y el particularismo. También, felicitó a los misioneros por su disposición a actuar y salir al encuentro del otro, impulsados por el Espíritu Santo.
El objetivo de la misión es claro: anunciar la buena noticia del Evangelio y liberar del mal a quienes más lo necesitan. Muchos aún no conocen el amor de Dios ni han experimentado la esperanza que ofrece Cristo, por lo que esta labor adquiere un profundo sentido transformador.
Entre los misioneros se encuentran Miguel Navarro, anterior hermano mayor, y Blanca Lucena, hermana también de nuestra cofradía. Para los dos será su primera experiencia misionera, la cual encaran con gran entusiasmo y respeto por el desafío que ha puesto el Espíritu Santo ante sí. Sin embargo, ambos llevan años colaborando con la Iglesia local, no solo por su compromiso con diversas hermandades, sino también por su labor como orientadores de los grupos de jóvenes de la parroquia y de la Basílica de San Juan de Ávila, con quienes han compartido las jornadas mundiales de la juventud, las peregrinaciones diocesanas a Guadalupe, la jornada eucarística mariana juvenil de Covadonga, etc.
Miguel y Blanca animan a otros jóvenes a aprovechar oportunidades similares, describiendo la misión como una vivencia de fe y una forma radical de vivir el Evangelio. Una muestra más de que los laicos también están llamados a movilizarse para llevar esperanza a los más necesitados, dejando huella tanto en las comunidades que visitan como en sus propias vidas.
Que el Cristo de Zacatecas os dé la sabiduría para discernir su voluntad en vuestra labor misionera. Que cada paso que deis esté guiado por la luz y el amor de la Virgen del Socorro. Ellos os ayudarán a ver el rostro de Dios en cada persona que encontréis en ese camino misionero que acabáis de empezar a recorrer.



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